El actual ritmo de vida que se lleva en nuestro país y en muchos países del mundo, junto con la sociedad de consumo ha hecho que las personas lleven a un segundo plano (si es que lo llevan a alguno) el verdadero motivo de la navidad.
Hoy la navidad no es más que cobrar el doble sueldo y que días después no quede un chele, pintar la casa, hacer una cena grandisima el 24 de diciembre aunque pasen una semana sin comer, y beber muchísimo.
Para los niños es esperar el 6 de enero para recibir los reyes, que dicho sea de paso no saben el por que de esa fiesta por que los padres no se lo explican, y para los estudiantes es tiempo de vacaciones.
Pero mas que comer y beber como si al otro día no se pudiera, hacer mas ricos a los dueños de tiendas, y otras acciones propias de la sociedad de consumo, la navidad es un buen pretexto para acercarse mas a Dios, compartir de lo poco o mucho que el nos ha dado y, sobre todo, perfeccionar nuestra forma de ser.
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