El progreso de nuestros barrios no aparece quien lo ensanche y siempre nos quedamos esperando buenos aires que haga que crezcan los prados. Ya que con su mano guayabo destruyen la vista hermosa, y económicamente hablando nos tumban las caobas y las palmas que tenemos en el rosal, los jardines, y en las praderas; esperando un mejoramiento social y sin obtener la victoria.
Al no tener de Villa el Consuelo ni de uno que sea libertador, canta la rana la incógnita de que si ellos piensan que aquí hay peralejos. Pues en todas las inviviendas de esta ciudad nueva la pulla la viven tirando y provocan una eterna guerra porque siempre esta hablando la misma haina.
Pues el alma rosa cuando uno quiere poner la villa linda pero quienes nos gobiernan entienden que estamos en una ciudad colonial en donde pueden hacer la feria para ellos ganarse el millón mientras a nosotros nos toca el manguito.
Por estos restauradores se pone difícil la venta y en cada rincón de quisquella por la falta de la paz se marchitan los girasoles llevándonos al arrollo hondo de los rios.
Todo esto es palave si no nos mandan más alcarrizo porque de una forma u otra uno ya se ve cancino de que nos maten la fe. Por eso las personas le ruegan a san isidro, san Luis, san jerónimo o al cristo rey que en esta sabana perdida a la gente Cienaga las dejen tener una bella vista y no nos manden alameda para que cojamos la barquita.
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