
“Dios mío, y ¿por que tiene que ser a mi?” es una de las frases mas dichas por las personas cuando nos vemos en alguna situación que no podemos manejar o que no estábamos esperando.
Exclamamos a Dios en este tipo de situaciones aunque muchas veces no nos recordamos de él cuando estamos en buenas, y nos pasa como con algunos amigos que sólo los llamamos al estar necesitados de algo.
Por ignorancia o por desesperación nos volvemos locos y hasta le faltamos el respeto al creador y pensamos como uno de los apóstoles que al ver un ciego de nacimiento le preguntó a Jesús que qué había hecho esa persona o alguno de sus antepasados para merecer ese castigo.
Pero no siempre es como castigo, pues muchas veces es Dios probando cómo está nuestra fe o una manera de hacer que nuestros familiares y relacionados conozcan de él y asi se ganen la estadía eterna en el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario