
Uno de los personajes bíblicos a los que más las personas siguen y que más copian su ejemplo de manera ferviente es el apóstol Tomas.
Pero lamentablemente no se trata del ejemplo positivo que representa la obra suya y de los apóstoles luego de la resurrección de Cristo, sino el hecho de no creer hasta que no veamos o tengamos una prueba demasiado evidente.
Pues diariamente en todas las circunstancias abogamos por ser más incrédulos de la cuenta y de creer sólo si vemos.
Sin embargo la Palabra reprueba ese tipo de acciones, pues la fe del creyente está en tener fe para poder ver y no el caso contrario de ver para poder tener fe.
Aunque veamos muchos milagros y situaciones sorprendentes no debemos aferrarnos a esa practica ya que, como se dice anteriormente, si tenemos fe las cosas que vemos nos resultaran pequeñas para las que están por pasar.
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