Luciano Pavarotti dejó un testamento destinado a su esposa Nicoletta Mantovani y su hija Alice, las tres hijas de su primer matrimonio, su hermana Gabriella, sus sobrinas y algunas personas que lo ayudaron, por unos 200 millones de euros.
Durante su carrera, Pavarotti vendió 100 millones de discos por los que los herederos seguirán cobrando las correspondientes "royalties", aunque la solidez de la herencia está en los bienes inmuebles que el tenor poseía.
Tras el costosísimo divorcio de la primera esposa, Adua Veroni, Luciano dejó una villa en Pesaro, otra en Santa Maria de Mugnano con todas las comodidades, un restaurante, un apartamento que se asoma al Central Park de Nueva York, y propiedades en otras partes del mundo, incluido Montecarlo. Asimismo, participaciones en empresas, títulos de deuda y acciones.
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