A cualquiera que viva buscándose el moro como el marido de la vaca se le pone la piel de gallina al ver como, entre la mala leche de la especulación y los picantes altos precios, unos cuantos se la están comiendo se sirven con la cuchara grande mientras que para los que están en olla es mas la sal que el chivo.
Pues esta situación no es un mangu y aun así aparecen muchos ñames que tienen aceite porque están en la papa y defienden a quienes nos sacan el jugo olvidándose de que ellos también sufrían en carne propia la piña que le daban esos pejes gordos.
A la postre estamos fritos y nos calló la sal pues quienes le deben poner la piña agria a los culpables de lo que se esta cocinando y, aunque salen mas que el arroz, nos dan la galleta de decir “ahora me desayuno”, y así nos niegan su apollo.
Y cuando se intenta ponerle los huevos a chele, a estos que son mas malos que la carne de cocote, ese arroz con mango se vuelve mucha espuma y poco chocolate pues eso tiene su concon y nos dejan chivos con la única opción de que quien quiera comer pescado se tenga que mojar el …
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