25 de agosto de 2008

Una buena recompensa


Si nos mantenemos atentos a las cosas de Dios, tarde o temprano recibiremos nuestra recompensa tal y como le dijo Jesús a Pedro cuando este ultimo le respondió que el era el hijo de Dios y el Mesías, a pesar de que nadie se lo había revelado.

Y se ve en los diferentes ámbitos de la vida, que si “nos ponemos pa eso” obtenemos los objetivos que nos proponemos, aparte de que Dios nos compensa el empeño y la perseverancia.

Es una enseñanza importante para aquellas personas que se sienten desanimados porque el creador no los toma en cuenta o que no les da las cosas cuando creen merecerlas, ya que el nunca hace las cosas ni antes ni después del momento debido.

Eso demuestra que, como se dice popularmente, Dios no se queda con lo de nadie y a cada quien le da su justa recompensa dependiendo de la calidad del trabajo que haya hecho.

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