21 de diciembre de 2008

MUERASE…DE LA RISA

-señor diputado, mucho gusto, tenia muchos deseo de conocerlo porque me habían hablado mucho de usted.
-si, pero no me han podido probar nada, todavía.



-señorita, dígame que le trae por aquí.
-bueno doctor, yo vine por un problema de salud.
-ah, pues quítese la ropa.
-no, es mi abuela la que tiene el problema.
-ah, pues saque la lengua, doña.


-mire amigo, ese hijo suyo y yo vamos a tener problemas. El viene aquí al colmado y me pregunta si hay yuca, le digo que si y me dice que le de diez plátanos. Me pregunta si hay arroz, le digo que si y me dice que le de una libra de habichuelas.
-no se preocupe, que desde que llegue a la casa me quito la correa y le caigo a patadas.


-mira José, por mas que insitas tu nunca llegarás hasta mi corazón.
-no importa, yo no quiero llegar tan para arriba.


-vecina, ¿usted estaba mala anoche? Porque yo vi un medico salir de su casa a las 3 y media de la madrugada.
-bueno, pero yo antes de anoche vi salir de la suya un general y no estamos en guerra.

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