20 de octubre de 2008

Un mal en nuestros propios ojos


Actualmente nuestro país sufre un mal que no pestaña porque lo tiene entre ceja y ceja y en sus propios ojos, por lo que para enfrentarlo hay que vivir con los ojos bien abiertos y dormir con uno ojo abierto y el otro cerrado.

Se trata del paso del ojo de la tormenta conjuntivitis, que aunque muchos descuidados no tienen ojos para ella esta no les quita los ojos de encima y le pone los ojos aguados porque les corta los ojos.

Es mejor la prevención, pues de lo contrario puede ponérseles los ojos de maco saliéndoseles los ojos de la angustia y con los ojos entoldados por no tener nada que ver. Y económicamente le puede costar un ojo de la cara.

Por lo que se necesita aplicar el ojo por ojo diente por diente, y dejar de verlo con los ojos del alma para que no estemos con ojeras, con los ojos allá atrás y con lagrimas en los ojos sufriendo lo del que cría cuervos, que siempre le sacan los ojos.

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