Con luces y sombras, que son mas sombras que luces, se mantiene el sistema electrico del país, y negativamente han ascendido tanto que ya los apagones son generales, convirtiendo a cualquiera en interruptor de la tranquilidad pegándole los cables a quienes nos ponen de alta tensión.
Pues siempre hemos necesitado quien sea un reductor de apagones, elevador de buen servicio y contador de energía consumida para poder pasar factura, y si es posible ser fuente de bajo consumo para quienes lo merezcan.
Pero nadie quiere mojar la planta y ser inversor a largo plazo ni generador de la satisfacción colectiva, sino mas bien entes desconectados de la realidad. Pues independientemente de si la culpa Ede Norte o Ede Sur hace tiempo que al sistema nuestro le prendieron cuatro velas.
Lo que nos salva es que el dominicano es transformador de la realidad y se le prende el bombillo, a tal punto que prefiere cantar “Pon aceite a mi lámpara señor” o “Con la lámpara apagá” antes de que se le dispare el brake. Porque desde que Dios dijo “Hágase la luz” sobre este problema nadie ha podido arrojar luz.
5 de octubre de 2008
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