21 de septiembre de 2008

Para que no se le corte la leche


Parecería un chiste de los de Boruga sobre los lecheros que bautizan la leche, o sobre las bellaquerías de un delincuente apodado “Bebe Leche”. Pues a veces uno quisiera tener esa idea como la leche, condensada, antes de que la ansiedad le produzca un queso o hasta un yogurt.

Ya que en la época en donde en la que la libertad de expresión es tan respetada como la leche materna, aparece la acción descremada y pasteurizada y que nos pone a todos como que tenemos la leche en los labios porque todavía usamos biberón.

Y eso, que esa acción judicial de mala leche se dio a conocer porque quienes están envueltos en eso son dos periodistas que les importa morir soñando con un mejor país, siempre y cuando se conozca la nata que sobresale en la leche caliente del estado.

Porque sino, no hubiera valido querer tomarse un café con leche, una leche de cartón, o comerse un dulce de leche de tres leches.

Por eso hay que apoyarlos para que a la libertad de prensa y de expresión no se le corte la leche y no conozcamos de la leche que da la vaca mientras la leche de la esperanza se vea evaporada y se esparza en la sociedad como la leche en polvo el juidero de quien hayan obligado a beberse la leche magnesia del abuso de poder.

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